El mundo siempre está lleno de expectativas cuando se aproxima el Año del Dragón, un momento que evoca sentimientos similares a los de un gran final y un nuevo comienzo. Este año se caracteriza por ser percibido como un tiempo de egocentrismo, competencia poco saludable, prepotencia e impaciencia. Recordemos momentos históricos de expectativa similar, como el inicio del año 2000 y el cambio de milenio, o el famoso 2012, fin del ciclo maya, que captaron la atención global por sus significados y profecías.
El 2023, marcado por el Conejo de Agua en el horóscopo chino, comenzó con esperanzas de experimentar la dulzura y fertilidad asociadas a este signo. Sin embargo, la realidad parece no haber cumplido con estas expectativas. A pesar de esto, hay que reconocer que actualmente disponemos de tecnologías avanzadas para el bienestar humano. Aunque estas herramientas no se utilizan completamente para mejorar nuestra calidad de vida, representan un potencial significativo.
Mirando hacia el 2024, designado como el Año del Dragón de Madera, se anticipan múltiples definiciones, cambios, crecimientos, y tanto evoluciones como involuciones en distintos ámbitos. Este año se perfila para ser reconocido como un período desafiante y tumultuoso, influenciado por el elemento Fuego en la astrología china. Este elemento sugiere una energía de transformaciones intensas y movimientos dinámicos.