El pasado 11 de julio, Joaquín “Chapo” Guzmán volvió a ser noticia, ahora una rimbombante fuga, la cual deja en mala postura a las autoridades, pero ¿Qué tiene este hombre, que lo hace tan osado?
Como astrólogo, me encantaría tener certeza de sus datos natales, obviamente su hora exacta de nacimiento; pero debo basarme en la información que se recicla de biógrafos y periodistas, los cuales hablan de varias fechas, entre esas diciembre 25 de 1954, febrero 3 y febrero 4 de 1957, luego de cotejar las tres fechas con eventos y actitudes del chapo me inclino a pensar que su fecha natal es febrero 4.
Se me abren los ojos al analizar la carta astral de febrero 4 de 1957, debido a que su elemento predominante es el fuego y, por experiencia, el fuego es el elemento de la acción, de la pasión y ejecución de pensamientos. El alto contenido de fuego genera en una persona la actitud guerrera ante la vida, actitud que todos deberíamos tener cuando de competencia profesional y liderazgo se impregna la cotidianidad de la vida. El fuego no es un problema, es como un afilado bisturí en las manos de una persona, que si la persona es un cirujano lo más probable es que sea un sanador de vida; pero si este bisturí está en las manos de un sicario, el papel protagónico es de asesinato y muerte.
El chapo Guzmán, dicen sus biógrafos, tuvo dificultades con el padre desde su adolescencia, por lo tanto, ya esa figura paterna que debe generar un modelamiento no logró un buen objetivo. Deambuló por los caminos del hampa, de un lado para otro, hasta que formó su base y construyó un imperio del mal, pero a la final, es un imperio.
Viene, entonces, la pregunta del millón ¿El chapo nació o se formó para eso? Respuesta muy difícil, pero que permite dar el argumento de que todos y cada uno de nosotros nacemos con una programación que nos impulsa a la realización individual (destino), pero esa programación debe ser desarrollada con un buen plan estratégico, y todos sabemos que los planes estratégicos son comprobados cuando ya se han implementado. Con la programación de destino del chapo puedo imaginármelo con otro plan estratégico de modelación y ejecución: El predominio del elemento fuego utilizado para crear la multinacional alimenticia de comercio más grande del planeta tierra, la cual en vez de sicarios tendría los vendedores más exitosos bajo su mando.
Esta carta astral del chapo Guzmán la podemos comparar con la de Pablo Escobar de Colombia y Al Capone de Brooklyn, en Nueva York y encontramos certeros rastros de personas aguerridas, decididas y verdaderos empresarios que no fueron moldeados para el éxito humano sino simplemente se permitió un moldeamiento de las calles y de la ambición desbordada por el poder. En estas tres cartas astrales encuentro en posición muy fuerte a Plutón, quien es el indicador en los mapas de vida (cartas astrales) del poder, la intriga, la mentira y el crimen.
Todos los individuos en la sociedad actual quieren vivir y ganar, sin importar muchas veces cómo, y en esa carrera “loca” de supervivencia, modelamos sin pensar a alguno de los nuestros para que saque de su interior esa energía plutoniana de la peor manera, como es el caso del chapo, generando mucho dolor a través de su vida y de la humanidad misma.
Si conociéramos un poco, aunque sea un poquito, de la esencia que hay en nosotros, y mejor aún, en los nuestros (hijos) podríamos mirar con ojos de éxito esa esencia y hacerla crecer para que sus realizaciones fuesen de gran aporte a esta humanidad que está hambrienta de armonía y prosperidad. Tal vez, un ligero modelamiento sensato y de trascendencia permitiría que nuestra vida y la de la familia fuesen más alegres.
Conociendo la astrología, el chapo ha ejecutado el último evento que podríamos llamar de victoria personal, porque en agosto hay peligro para su vida, pero siendo escépticos podemos decir que tal vez lo pueda eludir; situación que no podrá hacer en el 2016 porque llegará a la presencia del retén astrológico llamado Retorno de Saturno en donde se deberá comer lo que ha cocinado.